En febrero fuimos tres los beceros que nos reunimos en el Café Picalagartos: Quevedo, Minervagall y Carboanion. Todos beceros desde hace muchos años y que ya se conocían entre sí, así que se habló de todo un poco y estuvimos hasta bien pasadas las ocho de la tarde. También hubo libros, por supuesto, porque no sólo se dejaron algunos para liberar sobre la mesa, sino que Quevedo trajo seis biografías para registrar que se liberaron en el Museo Arqueológico poco después.
La intención era quedar el segundo lunes de cada mes, pero por circunstancias personales este mes quedamos el martes 10. A las seis de la tarde repetimos en el Café Picalagartos, en la calle Hernando Colón, con los siguientes libros sobre la mesa:
-Molinos de viento, de varios autores.
-La sangre de los inocentes, de Julia Navarro.
-Comida campestre, de Cizia Zyke.
-Cuentos hindúes, de Ramiro Calle.
-Bélver Yin, de Jesús Ferrero.
-Sin noticias de Gurb, de Eduardo Mendoza.
-El Obispo y su Santo, de Peter Berling.
Si os queréis unir para charlar un rato sobre las últimas lecturas, sobre futuras liberaciones masivas o sobre planes varios, ya sabéis dónde y cuándo estaremos.
La intención era quedar el segundo lunes de cada mes, pero por circunstancias personales este mes quedamos el martes 10. A las seis de la tarde repetimos en el Café Picalagartos, en la calle Hernando Colón, con los siguientes libros sobre la mesa:
-Molinos de viento, de varios autores.
-La sangre de los inocentes, de Julia Navarro.
-Comida campestre, de Cizia Zyke.
-Cuentos hindúes, de Ramiro Calle.
-Bélver Yin, de Jesús Ferrero.
-Sin noticias de Gurb, de Eduardo Mendoza.
-El Obispo y su Santo, de Peter Berling.
Si os queréis unir para charlar un rato sobre las últimas lecturas, sobre futuras liberaciones masivas o sobre planes varios, ya sabéis dónde y cuándo estaremos.
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