Durante el mes de octubre he estado liberando una o dos novelas históricas cada día laborable en el Museo Arqueológico de Sevilla, concretamente en la sala XIV, en el banco de madera que hay frente al Mercurio de Itálica (podéis ver las fotos y el listado de libros aquí). Ese museo es un lugar maravilloso y el personal se ha implicado tanto (dos personas pidieron los datos de contacto para darnos libros) que queremos repetir la experiencia el 23 de abril, el Día del Libro, e incluir los bancos de la entrada y los de las salas de la Diana y el Trajano, extender la actividad becera a todo el edificio. Ya he empezado a reunir libros y he pensado en no limitarme sólo a novela histórica, ya que tengo alguna monografía que puede resultar interesante. Han dado el visto bueno al proyecto y sólo queda empezar a reunir y registrar los libros: colgaré la lista y todos los detalles cuando se vaya acercando la fecha. Me gustaría transmitir desde aquí todo mi agradecimiento a los trabajadores del Museo Arqueológico por su acogida y su atención.
Otra actividad que no anuncié aquí por no realizarse en Sevilla fue una liberación junto con beceros de Madrid en Mérida. Fue casi como volver a los antiguos encuentros nacionales: liberamos una buena cantidad de libros (yo llevé veinte, al menos), anduvimos y conocimos la ciudad y comimos mucho y muy bien. Algunos libros quedaron en manos de usuarios madrileños, yo misma traje otros (como Astérix el galo, que dejé en el Arqueológico) y al menos uno ha dado señales de vida: Jack el Destripador y otros asesinos en serie, que fue cazado en Mérida y va a seguir camino hasta Burgos.
En estos momentos dispongo de unos quince libros para liberar. Es cuestión de ponderar si realizar una liberación considerable en el Parque de María Luisa o si ir dejando un libro cada día durante dos semanas, para que haya actividad continua. Se aceptan sugerencias.
Otra actividad que no anuncié aquí por no realizarse en Sevilla fue una liberación junto con beceros de Madrid en Mérida. Fue casi como volver a los antiguos encuentros nacionales: liberamos una buena cantidad de libros (yo llevé veinte, al menos), anduvimos y conocimos la ciudad y comimos mucho y muy bien. Algunos libros quedaron en manos de usuarios madrileños, yo misma traje otros (como Astérix el galo, que dejé en el Arqueológico) y al menos uno ha dado señales de vida: Jack el Destripador y otros asesinos en serie, que fue cazado en Mérida y va a seguir camino hasta Burgos.
En estos momentos dispongo de unos quince libros para liberar. Es cuestión de ponderar si realizar una liberación considerable en el Parque de María Luisa o si ir dejando un libro cada día durante dos semanas, para que haya actividad continua. Se aceptan sugerencias.
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