domingo, 26 de octubre de 2008

Cómo es el chiringuito becero de El Pumarejo

Ayer sábado 25 volvimos a instalarnos en el Mercadillo Cultural del Pumarejo, tras dos semanas de ausencia por motivos que no vienen al caso (pero que fueron la ausencia de los chicos del Hacklab y que aún no hemos pedido las llaves de Casa de la Paz para independizarnos de ellos). De los usuarios sólo acudió Carboanion y se acercaron pocas personas en comparación con sábados anteriores, pero hubo un dato curioso: la mayoría eran extranjeros que querían o bien libros escritos por autores españoles para empaparse bien del idioma, o bien libros traducidos porque habían leído la obra en el idioma original. ¡Vaya dos formas más opuestas para aprender español! Así se llevaron Vuelva usted mañana y otros artículos, de Mariano José Larra (cazado por un chico italiano que está estudiando Filología Hispánica en Sevilla) y La reina de los condenados (una chica inglesa que ya había leído el libro y decía que sabiendo de qué iba le sería más fácil comprenderlo, aunque hablaba español estupendamente).

También vino una mujer que había trabajado en un barco y por tanto nos estuvo contando que había tenido mucho tiempo para leer, una lectora entusiasta que nos habló de todos los libros que teníamos allí sin llevarse ninguno; uno de los "habituales" de la plaza que se llevó un par de cuentos infantiles para su nieta; el señor cuyo nombre desconocemos, pero que generalmente echa una parrafada con nosotros y desprecia casi todo lo que llevamos porque para él toda la literatura contemporánea, las novelas de detectives, ciencia ficción y fantasía o cualquier cosa que no sea un clásico es porquería (cómo bufa siempre, rebuscando entre los libros) también echó un ojillo sin llevarse nada esta vez... Aunque ya decimos que hubo poco movimiento en la plaza si se compara con otras jornadas, la mañana fue entretenida y no recogimos hasta las tres y media de la tarde.

Precisamente porque hubo bastantes momentos de tranquilidad, sacamos algunas fotos: Carlos (de Hacklab) para colgar en Indymedia y Carbo para ilustrar a quien nunca haya ido cómo es el expositor que utilizamos para los libros... Básicamente, es una estructura metálica poco práctica, en la que los libros se caen en cuanto se mueven un poco porque tumbados apenas alcanzan para estar en equilibrio entre dos de los hierros, ¡pero no hay que negar que esa cabeza de dragón que la corona no es peculiar! Visto de frente y de perfil (también se percibe el perfil de Carlos, inclinado sobre la tabla dispuesta en caballetes donde los del Hacklab ponen su material), el expositor es éste:

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Y para terminar, un primer plano de la cabeza del dragón en el que no se le ven los ojos (la foto es malísima):
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Por cierto, que los chicos de Hacklab siempre que montan el chiringuito sacan los libros de BookCrossing, así que es probable que el sábado que viene no haya ningún becero presente por aquellos lares, pero los libros y folletos sí que estarán disponibles.

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